La arcilla y las fibras han acompañado a la humanidad durante miles de años. Junto con la piedra, estos tres materiales fueron labrados, modelados y entrelazados para dar inicio a una rica tradición artística y cultural. Las manos, la mente y el corazón se unen para dar cuerpo a objetos con diferentes funciones: algunas de ellas resultan tan concretas como cargar agua o cubrir el cuerpo; otras pertenecen al mundo espiritual, pues forman parte de una ofrenda ceremonial, o bien, dan pie a un momento de introspección para la persona creadora.
La obra que Adelia Sayeg presenta en el Museo Textil de Oaxaca nos transporta a esta segunda esfera: la de las emociones, la de las reflexiones, la que invita a formar parte de una comunión entre nosotros, humanos, y el espíritu del mundo.