Saltan, reptan, nadan, corren y vuelan los animalitos en la tela. La profusión de figuras en movimiento transforma a la servilleta o el morral en un rincón del arca de Noé. Entre los pollos y los conejos aparecen criaturas fantásticas con colas floreadas y cuernos retorcidos. Los animales cotidianos parecen alimentar la imaginación de las tejedoras y las bordadoras.