Entre 1939 y 1942, el presidente Lázaro Cárdenas abrió las puertas de nuestro país para re- cibir a cerca de 25,000 refugiados españoles que huían de las atrocidades de la Guerra Civil Española. Basta recordar la obra pictórica de Picasso, Guernica, para vislumbrar el dolor per- petrado por las bombas. Los barcos Sinaia, Ipanema y Mexique arribaron a Veracruz y Mé- xico recibió a un gran número de personas dedicadas a la agricultura, la filosofía, las letras, la política, la economía, la música, el cine y las artes plásticas, entre muchos otros campos. Aunado a las habilidades y talentos de cada persona, con ellas llegaron diversas tradiciones ibéricas y, entre familias y de generación en generación, estas tradiciones fueron reflejando su identidad y reforzando la conexión existente entre la comunidad española formada en México y sus tierras de origen.