El 13 de julio, el Museo Textil de Oaxaca (MTO) inauguró la exposición "Nostalgia por la Madre Patria, Textiles de la diáspora española en México, s. XIX y XX". La Capilla del Rosario, en el Ex-convento de San Pablo fue el punto de inicio. Ahí, la restauradora e historiadora del arte, Ana Paulina Gámez presentó su ponencia titulada “Hilos a través del Atlántico, tradiciones textiles que nos unen”. En ella, la ponente explicó las artes manuales que las “mujeres de bien” debían aprender durante el siglo XVI en España, con el propósito de “casarse de buena manera”, pues desde muy pequeñas se les enseñaban las disciplinas de lo “virtuoso”, como bordar y tejer.
Con la llegada de los españoles a América, además de misioneros, llegaron un buen número de mujeres enviadas por la esposa del monarca Carlos V, cuyo objetivo fue enseñar las tradiciones textiles españolas a las niñas indígenas.
Con el paso del tiempo se fueron creando instituciones religiosas exclusivas para niñas, tal es el caso del Convento de Santa Catalina de Siena, perteneciente a la orden de los dominicos. Éste fue el primer convento en México dedicado a la enseñanza de estas disciplinas y un punto muy interesante es que el convento, a diferencia de otros conventos de la Nueva España, no se fundó con monjas provenientes de España, sino con monjas procedentes del Convento de Santa Catalina de la ciudad de Oaxaca.
En 1732 se funda el Colegio de San Ignacio de Loyola (Vizcaínas) en la Ciudad de México, una institución donde familias distinguidas enviaban a las niñas a aprender, entre otras cosas, el oficio de bordar desde los cinco años de edad. El colegio también brindaba becas para que mujeres de distintos estratos sociales pudieran asistir y aprender estas labores. Las técnicas de bordado que aprendían las alumnas dieron paso a la elaboración de prendas de gran calidad, al grado de considerarse de culto, las cuales eran usadas en iglesias, ajuares de sacerdotes y vestimenta religiosa.
Durante los siglos XIX y XX se generaron problemas internos en España y un gran contingente de personas migró a México, y junto a ellas, tradiciones y costumbres que heredaron a sus descendientes, no por imposición, sino como una lucha por preservar las tradiciones de su lugar natal y no olvidar su origen.
Hoy en día, estas tradiciones textiles son conservadas por algunasfamilias que habitan en México, quienes a pesar del paso del tiempo, aún conservan distintas labores textiles. El Museo Textil de Oaxaca tiene el privilegio de presentar algunas de estas piezas, las cuales han sido generosamente compartidas por las familias que atesoran estos tejidos.
Al término de su ponencia, el púbico asistente se dio paso a la inauguración de la exposición, la cual se encuentra ubicada en la sala Ixtle del MTO y estará abierta al público hasta el próximo mes de octubre. La tarde finalizó con una degustación de vinos proporcionada por Viña Tulps y una cortesía de tapas por parte del bar El Olivo.