El barrio de Xochimilco, en la ciudad de Oaxaca, guarda entre sus callejones el vigoroso eco de los tejedores que trabajan sobre el telar colonial. Alfredo Hernández Orozco es un digno representante de este barrio por su importante labor como tejedor de lienzos, una práctica que aprendió desde los ocho años de edad, la cual requiere de  tiempo, paciencia, destreza y mucha pasión.

Don Alfredo, como le llamamos con aprecio en el Museo Textil de Oaxaca, es un gran amigo y emprendedor que siente la responsabilidad de proyectar su taller familiar, el cual inició actividades desde 1930. Para nuestro amigo tejedor es importante experimentar e innovar sin importar cuántas veces tenga que repetir algún paso, o cuánto material se pueda desperdiciar. Al final, como él bien lo dice “tenemos tela de dónde cortar para seguir trabajando, nuestro sueño es trabajar todo el tiempo que podamos, nunca descansar”.

La misión de don Alfredo es mantener la tradición de este trabajo y que además lleve un sello de garantía, ya que trabajan con algodón de buena calidad, térmico, durable y orgánico, teñido con tintes importados, resistentes a la frotación, y a la luz.

“Textiles Orozco” es un taller textil representado por un tejedor con visión innovadora y distinta, quien comparte sus pensamientos con quien se acerque a pedir su opinión o consejo, y asegura lo siguiente: “Tengo muchas metas, que voy a conseguir; una de ellas es posicionar nuestro trabajo, que la gente valore el arte textil de pedal. Otra es buscar la forma en que los jóvenes se acerquen a aprender y la última, es generar trabajo para la gente de la tercera edad, ya que al tejer haces ejercicio y eso te da una vida más saludable”.

Según la opinión de don Alfredo, recibir retroalimentación de quien adquiere su trabajo es de vital importancia, y es una satisfacción para él saber que hay personas que tienen productos que adquirieron hace más de veinte años y siguen estando como nuevos.

Día a día, don Alfredo lucha por hacer que se entienda el largo proceso que conlleva la elaboración de una pieza con esta técnica colonial, pues se trata de un proceso complejo.  La parte que más disfruta es la experimentación: “no me gusta la simetría, siempre trato de hacer las cosas diferentes, romper estereotipos; sin embargo, cuando el tejido sale del telar, me doy cuenta de que el resultado es simétrico; esto es  parte de mi trabajo”. Asegura que cuando un trabajo te apasiona, ya no se llama trabajo, entonces se vuelve parte de uno mismo.  A don Alfredo le encanta tejer, porque lo desahoga y lo hace valorar la herencia de su familia.

Al ser un tejedor en constante búsqueda de cambio e innovación, el Museo Textil de Oaxaca lo invitó a participar en un taller para generar una obra para la exposición en curso, actualmente ubicada en la sala Ixtle. “Human Mathematics es una oportunidad para descubrir nuevas perspectivas. Para mí las matemáticas siempre han sido muy fastidiosas, sin darme cuenta que en mi telar todo es matemáticas.”

 “Todos los humanos somos diferentes y eso es lo que hace interesante la vida misma. El trabajo que realizo va más allá de la simple observación de un producto, lleva un concepto sentimental, porque una pieza resulta según lo que sientas; no siempre estoy contento, puedo estar molesto y obtengo otro resultado y a lo mejor esa pieza va a sensibilizar a alguien. Esa interacción hace que me enorgullezca de lo que hago.” Asegura sonriendo nuestro amigo tejedor.

Alfredo Hernández Orozco invita a los que estén interesados a que conozcan su trabajo, afirmando que las puertas de su taller están abiertas y concluye: “El trabajo que materializo día con día es la esencia de mi cultura, es cómo proyecto mi ideología en el reflejo del trabajo que les ofrezco."