El Museo Textil de Oaxaca (MTO) en el marco de la exposición "Plata, vidrio y algodón, reflejos de la ciudad en la indumentaria indígena de Oaxaca" organizó la charla "Conservación de plata en la indumentaria indígena oaxaqueña" a cargo de la Mtra. María del Pilar Tapia, Restauradora de Bienes Muebles (ENCRyM – INAH, México.
Ante el público asistente, abordó de manera ágil tópicos acerca de los distintos procesos para conservar y restaurar piezas metálicas. Los metales pueden ser tan nobles como el oro y la plata que permiten ser maleables para hacer láminas "delgaditas", las cuales forman líneas de este material y se entretejen con la estructura del textil. Desgraciadamente, cuando se presenta un deterioro en la estructura de la pieza resulta casi imposible restaurarlo.
Siguiendo con la charla, tocó el turno del "entorchado", el cual es básicamente una cinta orgánica compuesta por varios hilos que son "enrollados" por un metal; los entorchados son más resistentes que las láminas debido a que el hilo les da mayor cuerpo. Para el tema de las lentejuelas, Tapia las describió como láminas pequeñas que anteriormente se usaban en plata u oro y, a diferencia que hoy en día se utilizan matales no tan finos como el aluminio.
Para la elaboración de joyería se ha optado por usar oro y plata, pero debido a su nobleza resultan demasiados "suaves", razón por la cual se tienen que hacer aleciones y, así surgen los términos de "plata ley" la cual es la cantidad de plata por cada mil partes de metal y "oro de kilataje" que es una combinación de oro, plata y cobre.
Pasando a la manufactura y una vez que ya se tiene listo el metal, se optan por usar técnicas especialmente para joyería como el laminado y corte, martillado, recubrimiento metálico, filigranas y cera perdida.
Los metales son muy agradables a la vista desafortunadamente poseen deterioro y un grave problema, no son estables, su forma de mayor estabilidad es cuando son un mineral y, para hacerlo una pieza se tiene que forzar mediante técnicas de extracción como el calor.
El deterioro físico de los metales (que es lo que ocupa más en el tema de joyería) se presenta en la pérdida de resistencia, mecánica, desgaste, abolladuras, rayaduras y falta de brillo.
La limpieza es uno de los procesos más difíciles en tomar una decisión para la conservación de joyería, debido a que una limpieza por su naturaleza nunca puede ser reversible; para este proceso se debe tener cuidado y tener en cuenta si es una pieza única, la intención de la limpieza, las expectativas del proceso, etc. Para la limpieza existen distintas técnicas tales como la mecánica, química, fisicoquímica, electrolítica, electroquímica; para la ponente, la más recomendable -debido a que es la más controlable- es la mecánica.
Para la limpieza de joyería los productos comerciales no son recomendables debido a que poseen elementos muy corrosivos y dañan de forma severa a la pieza.
La joyería de plata para mantenerse en buenas condiciones debe ser guardada de forma separada; esto con la finalidad de impedir que se dañen unas con otras, además de no introducir fibras como el algodón para envolverlas.
Al término de la charla, la ponente mostró al público piezas metálicas del acervo del Museo Textil de Oaxaca para ejemplificar algunos de los puntos de su ponencia.
La exposición se muestra en la sala Grana, Añil, Coyuchi y Caracol del Museo Textil de Oaxaca y podrá ser apreciada hasta el próximo mes de enero de 2014.